+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
Mt. 25, 31-46
Jesús dijo a sus discípulos: cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las oveas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?" y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".
Éstos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?" y Él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo". Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.
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Hoy se celebra la memoria de San Martín de Tours, Obispo, un santo del siglo IV. Nació en la actual Hungría alrededor del año 316 y falleció en Candes, Touraine cerca del año 397. Su padre fue tribuno militar y un día cuando debía viajar por motivos de su trabajo, lo acompañó nuestro Martín, que era un jovencito de menos de 15 años en ese entonces. Cuando es adolescente, Martín se enrola en la armada romana según las leyes de ese tiempo. Un día fue enviado con su regimiento a Amiens, en la antigua Galia (actual zona francesa) y es allí donde se conoce una leyenda del santo que ha quedado en la piedad del pueblo de Dios: cuenta esta leyenda que un día frío de invierno se encontró por el camino con un pobre hombre que estaba sin ropa, esto conmovió al santo y decididamente desenvainó las espada y corto por la mitad su capa para darle una mitad al pobre hombre para que se cubra. Esa misma noche vio en sueños a Cristo que le decía "Martín, hoy me cubriste con tu capa". Y dicen algunos que es así que se origina lo que actualmente se conoce entre nosotros como "capilla": la mitad de la capa de Martín fue colocada en urna y puesta en un santuario construido para esa reliquia, la palabra capilla es de origen latino y significa media capa. La gente decía "oremos donde la capilla" y ese sería supuestamente el origen del término.
El Evangelio hoy nos muestra ante un juicio final donde serán separados los buenos y los malos. Pero nos hace profundizar en la idea de que debemos ser buenos con el prójimo, a ejemplo de San Martín de Tours, porque al hacer bien al otro estamos alabando al Señor, es como si se lo hiciéramos a Él. Dios ama a la humanidad, testimonio de esto es nuestra existencia (Dios no nos necesita para ser Dios, pero nos crea porque nos ama), pero el mayor testimonio de amor que nos tiene Dios es Cristo, ya que por Él fuimos bautizados y así entramos, empezamos, comenzamos a ser verdadermanete hijos de Dios en las manos de Jesús. De aquí que la Virgen haya sido tan venerada durante todos los tiempos, porque con su libertad, la cual respeta Dios como lo hizo desde el origen del hombre, dijo "si" al nacimiento del Hijo de Dios, que es Cristo, que es Jesús, el Mesías esperado. Resumen: Dios ama al hombre, es amigo de los santos, como de San Martín y todos los demás (los que conocemos y no conocemos) y al amar así hasta la Cruz al hombre quiere que nosotros seamos amor con los semejantes, porque estmos firme y definitivamente llamados a ser familia de Dios. El amor al prójimo no es sólo de corazón y de voz o palabra, sino que debe conllevar la preocupación y ocupación hacia el otro, debemos atender las necesidades de los demás, que no están para nada "demás" sino que son hombres creados por la misma mano que nos creó. Si la humanidad entera entendiera esto sería como vivir en el cielo.