+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas
Lc. 17, 1-6
Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquél que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado!.
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". Él respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería".
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¿Acaso hoy un puñado de cristianos correrán tras los cabellos de Ezequiel?; en la primera lectura de la liturgia de hoy el Profeta era enviado a anunciar el rechazo a Israel de parte de su Creador, como consecuencia de su obstinación por la desobediencia a la ley divina, que no es otra cosa que el BIEN mejor, máximo y mayor para los hombres.
Un lamento: que exista eso que llaman "vatileaks 2", y un agravante: que surja del seno de la propia Iglesia de Dios. Lamentable y bien conocida es la "política" de muchos varones de la jerarquía de oponerse al Papa sin ningún examen de conciencia y sin prudencia; cito un caso resonante: Marcel Lefebvre. ¿Hay que agregar algo más?, creo que no. Pero por si acaso no han aprendido los cristianos todos a respetar la voluntad de Dios, se les recuerda que tienen a su disposición la historia, los escritos de los santos y de los Papas, con los concilios todos pero..., por encima de todo, las Sagradas Escrituras. Ellas mismas nos enseñan de dónde viene la autoridad de Pedro...,¿ recordaremos eso aunque sea por un tiempo más?.
El Evangelio de hoy habla sobre los inocentes y los victimarios, habla sobre el escándalo y la vigilancia de sí mismo del hombre, habla sobre el perdón, habla sobre la fe y su característica divina, habla en pocas palabras de Dios y esa realación de amor doloroso entre Él y el hombre. Nos detenemos a pensar por un momento con qué amor crea Dios nuevos humanos para después entender qué es el amor sino una dignación del Señor que es unidad indivisible y ama la familia en unidad. ¿No es la Iglesia una familia en unidad?, ¿no es la Iglesia la familia de Dios?;¿ tiene el hombre cristiano conciencia de su nombre y bautismo?, ¿o es que los cristianos han olvidado su bautismo y ya no conservan la alegría de la fe engendrada junto a las lágrimas de los antepasados?.
Así como los niños deben ser los cristianos en inocencia bien entendida, como señala Cristo el Señor. El pueblo de Dios, los cristianos, es un pueblo que tiene un Pastor, pero ese Pastor ha querido dejar un vicario, un suplente, y ese suplente es Pedro, y con él los Papas. Al Papa se lo llama también Siervo de los Siervos de Dios, y eso es ser el más pequeño, que en el cielo es el más grande (Mt. 18, 4), de manera que al escandalizar al pueblo de Dios también escandalizan al Papa, que es Vicario de Cristo, y, ¿no fue Cristo quien dijo "El que los recibe a ustedes, me recibe a mí" (Mt. 10, 40)?, ¡con cuánto cuidado hemos de tratar a los Papas!.
No obedecer la autoridad del Sumo Pontífice es no obedecer la autoridad de Cristo y no obedecer la voluntad de Dios: no se habla de infalibilidad, sino de algo más profundo, se habla del símbolo de las llaves, de la autoridad, que no fue dada por voz netamente humana, sino por Jesús. Cuando se desobedece al Papa se está en rebelión contra algo aún mayor: la autoridad de Dios, que quiso que Pedro atara o desatara con potestad conocida entre nosotros ¿no es cierto?... Pero si pretenden ir contra la voluntad de Dios, están perdidos y equivocados, ¡porque no puede la creación pretender existencia por encima del Creador!. Pedro es Pedro porque Dios lo quiso, vale entonces la cita en latín de la Nueva Vulgata (para que aprendamos, además a ser buenos conocedores de nuestra historia como cristianos): O homo, sed tu quis es, qui respondeas Deo? (Rom. 9, 20), es decir, se está pensando en oponerse a la reforma vaticana, llendo de lleno contra el Papa, sin tener en cuenta de dónde viene la autoridad papal, ¡es contra Dios que se rebelan!, vale la exhortación fraterna a volver en la conciencia a contemplar estas cosas. En tono grave podemos decir que la piedra de Cristo no puede demolerse, y si no la raya el diamante, mucho menos lo hará el carboncillo oscuro de los corazones arrogantes. Recordemos: de Dios nadie se burla, de la malicia de los soberbios brotarán los mismos gusanos que hoy fertilizan el suelo para que brote con fuerza un campo de olivos. ¿Creen que Dios no cuida con su fuerza al Romano Pontífice?, contados están sus cabellos, nada puede pasar que Dios no observe antes de la existencia para intervenir el propio tiempo. El aleteo de un solo ángel basta para cumplir la voluntad del Señor, entonces, ¿creen de verdad que podrán oponerse al Señor de los ejércitos?. Hostigar al Vicario de Cristo es escupir la faz del Señor, es levantar la lanza contra la omnipotencia, es entronizar la soberbia frente a la corona de la sabiduría, es desenvainar la espada contra Miguel, y no contra el enemigo (recordemos que no es enemigo el hombre sino el maligno). Es gravemente contrario a la Santísima Trinidad encadenar las claves del Cielo que con autoridad extremadamente insuperable fueron depositadas en las manos del que sucede a Pedro. es gravemente contrario la escisión y no la unidad que quiere Dios, pero si no lo aprendieron debe recordarse: los mismos Apóstoles se amaban entre ellos y permanecían unidos con el vínculo y la fuerza del espíritu Santo; de manera que no importa cuántas borlas lleve el ala del capelo, la autoridad de la jerarquía de hoy no deviene de mérito alguno, ni de fuerza ni de poder (estas son cosas del mundo, no de los hijos de Dios), no, esa autoridad es una sucesión, son bendecidos por el mismo Dios con manos humanas, y si alguien no lo entiende, que se arrodille delante de la tumba de los Apóstoles y recorra la historia de los mártires con lágrima y oración.
"Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo" dice Jesús, y es que el Papa se ve hoy ante una tarea nada fácil, la reforma de la curia romana y del Vaticano en general, pero debe perdonar a los que lo combaten impunemente y de manera casi anticristiana por un capricho sin base ni razón. muchos no tienen fe, y no entienden nada de lo que acá se expresa, no conocen ni se detienen en conocer las Escrituras, no se golpean el pecho ni se dicen indignos, pero son los primeros en juzgar naciones enteras, señalan la paja en el ojo ajeno y crecen en fariseismo con celeridad impresionante. Si estas palabras son terribles, no es nada, Cristo las dijo con autoridad y alta voz antes de que nacieran mis primeros ancestros. Llamada a la oración hizo el Papa, y eso haremos porque así expresó Santiago la fuerza de la oración: "La oración perseverante del justo es poderosa" (Sant. 5, 16)