sábado, 21 de noviembre de 2015

Presentación de la Santísima Virgen María


+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
                                                                       Mt. 12, 46-50

Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con Él. alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte". Jesús le respondió: "¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?". Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".

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La memoria de hoy está dedicada a la presentación en el Templo de la Santísima Virgen, la cual ocurrió según algunas fuentes a los tres años de edad de María. Esta memoria está dedicada a la donación que de sí misma hizo la Virgen a Dios, desde que nació pero fundamentalmente desde su "fiat", por el cual tenemos a Cristo. Es providente que este año festejemos la memoria de la dedicación de la Virgen el mismo día que se celebra la solemnidad de Cristo Rey en primeras vísperas. Recordatorio para el cristiano: el precepto de asistir a Misa todos los domingos...
Le historia de esta memoria se remonta al siglo VI, comenzó como memoria de la dedicación de un templo: la iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén, el año 543. El año 1372 (época del pontificado de Aviñón) canciller de la corte del rey de Chipre viajó a Aviñón como embajador ante Gregorio XI, contándole de la festividad  que hoy celebramos. El Papa la introdujo en Aviñón, y más tarde fue Sixto V quien la hizo extensiva para toda la Iglesia.
Jesús, nos dice el Evangelio, fue interrumpido porque "su madre y sus hermanos" querían hablarle. Su madre es la Virgen María, y sus hermanos no son sus hermanos de sangre, ya que la Virgen sólo tuvo un hijo y no por haber tenido relaciones con hombre alguno. En este punto es importante tener en cuenta la Tradición (y con esto queda por tierra la desacertada "sola scriptura"), ya que los judíos de aquellos tiempos llamaban hermanos no sólo a los propiamente hermanos, sino también a los primos y parientes de cierto orden. Los "hermanos" de los que habla este pasaje son: Santiago el menor, Simón (no Pedro, sino el otro. Recuérdese que Pedro es hijo de Jonás), Judas Tadeo y José el justo, que son hijos de Cleofás o Alfeo. Ante el acontecimiento Jesús enseña que el que escucha la Palabra de Dios y se hace discípulo de Cristo es hermano, hermana, madre. Este pasaje parece contrastar con aquel que relata a Jesús en el Templo en medio de los doctores de la ley, cuando al ser hallado por la Virgen y José responde que debía ocuparse de las cosas de su Padre. Cuanto nos da referencia a lo que sucede muchas veces en casas cristianas, y también no cristianas, donde el joven varón con vocación al sacerdocio ministerial se ocupa de asuntos de la fe, como rezar la Liturgia de las Horas, o más aún ir a Misa (a veces es una necesidad que nace de adentro); todo esto cuestionado por los padres y hasta los hermanos de sangre...; qué bien sería escuchar a Cristo y entender a estos chicos que son llamados a servir a Dios y a los hombres como presbíteros, ¿no?...
Retomemos el Evangelio para decir junto con San Agustín: " ¿Por ventura no cumplió la voluntad del Padre la Virgen María, ella, que dio fe al mensaje divino, que concibió por su fe, que fue elegida para que de ella naciera entre los hombres el que había de ser nuestra salvación, que fue creada por Cristo antes que Cristo fuera creado en ella?"...La virgen esperó afuera, pacientemente, virtud que la caracterizaba, y Cristo aprovechó la distracción del mensajero y la interrupción de su discurso para enseñar. De esta manera el Señor hace hermanos suyos a los que cumplen la Voluntad del Padre, y somos los cristianos los primeros en deber hacerlo.
Te pedimos, Virgen Santa, que bendigas nuestras casas y familias, y nuestra condición de hijos tuyos y hermanos de Cristo, para que podamos vivir concordes con el nombre de "cristianos"; que hagamos el bien por el camino ayudados de tu corazón de Madre; que nos regales un día triunfal de paz y buenas obras y nos acompañes en nuestras vidas. Te pido que protejas con tu fuerza al Papa Francisco y que se apaguen las guerras y se disuelva el odio y sus agentes humanos o no humanos. Ave María, Bendita del Rey, tres rosas en tu nombre y un rosario de oraciones para mi Madre amada.