sábado, 4 de mayo de 2019

Nuestra Señora del Valle

+Evengelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan
                                                                       Jn. 6, 16-21

Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: “Soy yo, no teman”. Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

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Jesús había hecho un milagro ese día, la multiplicación de los panes, cuando vio tanta gente que lo seguía (unos cinco mil hombres) y al constatar que faltaba la comida y los recursos para comprar comida le preguntó a uno de los Apóstoles, a Felipe, "¿dónde compraremos pan para darles de comer?" (Jn. 6, 5) pero Cristo quería probar la fe de Felipe al preguntar tal cosa, porque sabía, con un corazón humano y al mismo tiempo divino, cómo hacer que esa gente se alimente en todo sentido. Así, Jesús obra milagros para que el hombre entienda en su existencia temporal la omnipotencia sin tiempo propia y exclusiva de Dios. En el pasaje de hoy tenemos un ejemplo más de esta fe todavía vacilante como las aguas del mar inquieto cuando los Apóstoles temen al ver de noche a Jesús que caminaba por el mar. Se teme ante lo desconocido, ante lo que no se comprende o ante lo que provoca horror o asco, esas son las fuentes de temor propias de la psiquis humana; Jesús ya era conocido de ellos, ya habían visto su poder sobre todas las cosas y habían presenciado milagros antes; aún así, temen. "Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban". Pensando que tal vez el Maestro se pueda ahogar en las aguas agitadas del mar de Galilea intentaron subirlo a la barca y se encontraron, de repente, a orillas de la costa de Cafarnaúm... Cuando el agua es baja no hay preocupación por ahogo, es decir, solo pudo pasar esto en aguas profundas pero ya habían llegado a la orilla..., otra vez Jesús les muestra que Él tiene poder para salvarlos y que no hay nada que temer con Él, pues su poder es absoluto. No solo camina sobre el agua, también puede arrastrar la costa hasta ellos.
Tanto los Apóstoles como otros de su tiempo y de nuestro tiempo estamos muy atados al tiempo, es decir, a lo que ocurre acá ahora. Cristo les trajo el Reino pero no entendían su mensaje, era de difícil comprensión aún habiendo sigo testigos presenciales de los milagros. A nosotros nos dice Jesús "Felices los que creen sin haber visto", y así es cuando cada cristiano pone la fe a trabajar en su vida. No hay nada que temer cuando estamos al amparo del Altísimo, a la sombra del Omnipotente, ni de noche ni de día, porque Él es la Vida que se nos ha dado y no pereceremos jamás. Nosotros debemos recordar que somos suyos y Él está en nosotros si comulgamos su Cuerpo cada domingo y cuando es indicado. Los Apóstoles desesperados querían salvar a Jesús de un mar hambriento de peligro, Jesús salva en la eternidad a los suyos con el agua viva que es él mismo, signo del bautismo para la regeneración de la vida, el Señor nos llama donde no lo esperamos para invitarnos a transformar la propia vida en una camino santo hacia Él, que es nuestra mayor meta, nuestra felicidad. Conoce de nuestras necesidades en este mundo, ya que partió el pan y multiplicó el pan y los peces, pero también necesitamos sabernos cercanos a un Dios que vive, y que nos convida del trigo de los campos y del Campo de la Vida para ser sus hijos desde hoy y en la eternidad.
Hoy celebramos la memoria de Nuestra Señora del Valle en Argentina, recorramos también cinco kilómetros como lo hizo el testigo que descubrió la escultura original y sintámonos protegidos por nuestra Madre, que con Jesús nos ayudan en nuestro camino de fe aún cuando las tormentas suenan fuerte.