lunes, 13 de mayo de 2019

Nuestra Señora de Fátima

+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan
                                                                       Jn. 10, 1-10

Jesús dijo a los fariseos: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino trepando por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando ha sacado a todas las suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz”. Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia”.
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Hoy se cumplen ciento dos años de la aparición de la Virgen María en Fátima, Portugal. Aparecida a tres niños pastores, Santa Jacinta, San Francisco y Lucía dos Santos, la Virgen trajo un mensaje de paz e insistió en la importancia de la oración, especialmente del Santo Rosario para que las almas no caigan en el infierno, para las almas del purgatorio y por el mundo, que viviría grandes guerras (la Virgen se apareción mientras en Rusia surgía la revolución comunista y mucho antes de las guerras mundiales). Es nueno conocer el libro que escribió la hermana Lucía dos Santos para entender los hechos que ocurrieron en ese tiempo en el pequeño poblado de Aljustrel. Nosotros mencionaremos la misteriosa presencia del ángel entre los niños y el milagro de la danza del sol, como algo extraordinario pero no central en el mensaje de la Virgen María. Sí insistimos en el rezo del Rosario, al modo de los pastorcitos santos: rezarlo completo y al final de cada misrerio, después del gloria se reza "oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". También, al finalizar todos los misterios, pedir por el Santo Padre antes de continuar rezando un ave maría, tres padrenuestros y un gloria.
El Evangelio de hoy habla de la Puerta que es Cristo para sus ovejas; se dirige a los fariseos que no entienden estas cosas, pero les explica que los que vinieron antes son ladrones y asaltantes, mas el que entra por Él que es la Puerta, se salvará, podrá entrar y salir y encontrará su alimento. El corral es la Iglesia, la Puerta es el Señor, por Él fuimos salvados, entramos a alimentarnos del Pan de Vida eterna y salimos a evangelizar con la vida lo que la Vida enseñó con hechos, con la Palabra y con sus milagros. El ladrón que trepa por otro lado para llegar adonde están las ovejas es imagen de satanás y sus seguidores mortales; todos ellos no hacen más que seducir al redil con cosas que están muertas, porque ellos mismos son muertos. Las cosas del mundo que pasan y no terminan de satisfacernos son utilizadas para apartarnos del camino que lleva a la Puerta. Pero los que son de Cristo no escuchan a los extraños, sino que sólo confían en su Pastor. Para que ninguna oveja se extravíe y caiga en manos del ladrón la Virgen Santa, Puerta del cielo también, por haber dado a luz a Dios Salvador, nos enseña a pedir por los hombres para que no caigan en la seducción del mal.
Que Nuestra Señora de Fátima nos ayude a ser fieles a la vocación cristiana y nos ensanche el corazón para obrar según Dios entre los hombres aunque la amenaza de la antigua serpiente vocifere contra nosotros. El Señor resucitado nos anima y protege con abundancia de sí mismo; nosotros debemos comulgar y ser luz para este mundo, para que otros lleguen a entrar también por la Puerta viva del Reino.