jueves, 3 de diciembre de 2015

San Francisco Javier

+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
                                                                  Mt. 7, 21. 24-27

Jesús dijo a sus discípulos:"No son los que me dicen 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".

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Peter Paul Rubens
Los milagros de San Francisco Javier
No hay mucho más que agregar al Evangelio de hoy, que es tan claro. Sólo diremos que ayer y hoy son muchos los que dicen "Señor, Señor", como bien lo menciona San Francisco Javier en su carta a San Ignacio de Loyola, en la segunda lectura del Oficio de lectura de hoy. Muchos de los que están sumidos en el estudio vagan por el mundo de la vanagloria así como los pobres cristianos de siempre vagan en busca de agua viva que Cristo da al mundo y es administrada por los presbíteros. No son muchos los que construyen su casa en la roca, porque la mayoría de nosotros tiene sus ojos puestos en lo perecedero y solemos darnos cuenta de eso para luego confesarnos y volver a estar en amistad con Dios. construir sobre roca es tener en cuenta que no son las cosas exteriores las que cuentan para Dios: ni el rito exterior, ni la humildad fingida, ni el "gracias Dios porque no soy como ese publicano", ni ninguna forma de falsear lo que debemos ser y no somos engañándonos a nosotros mismos y demoliendo con nuestras manos torpes la casa de nuestra espiritualidad. Hay muchos que creen que abandonar la Iglesia por creencias que se dicen Iglesia y no son más que comunidades de personas puede ser construir sobre roca. Muchos sonríen lejos de la Iglesia y piensan que los católicos sólo somos un instrumento del diablo, ¡qué terrible error!. No ven que sus casas se derrumban, porque están lejísimos de la verdad. Es que los que se denominan "verdaderos cristianos" no son más que obradores de falacias maquilladas de Evangelio, pero en realidad no son culto al Dios verdadero, sino a los hombres que en el pasado se proclamaron dueños de la verdad. Es lo que hoy más nos preocupa: la gente se aleja del Dios verdadero y va tras las sombras, corriendo hacia lo que es superficial, y todo ello tiene un enorme atractivo en variedades incontables: desde lo más vulgar y mundano hasta los más articulados y engañadores intentos de credo, que no son de Dios sino de los hombres. San Francisco Javier evangelizaba, y llevaba a Cristo allí donde no se lo llevaba a la gente. Hoy los tiempos de ecumenismo son parte de la agenda de la Iglesia, pero ello no significa que no debamos compartir la verdad por obligación del mismo evangelio. algunos tienen una fe según sus propias necesidades terrenas, entonces ven a Dios tras un vidrio opaco y no distinguen más que negatividad en la faz de Cristo; otras personas reniegan viendo un mal para la libertad humana a la Iglesia, etc. Nosotros sabemos que no hay nada mejor que vivir en la familia de Dios, porque somo eso: la familia de Dios. Pero no debemos olvidar que entre los que van a Misa todos los domingos, o incluso todos los días, también puede caber esa exterioridad fría del "Señor, Señor". Por eso, no dejemos dormir el corazón cuando ponemos a Dios en los labios, porque no somos simples criaturas, sino hijos de Dios. vivamos según el nombre que llevamos, como dijo otro santo; somos cristianos y no actores. Es tiempo de conversión.