Entonces nada te ata y podés, con libertad, abrazar a Cristo y servirle. Si estás vacío te falta todo, y ese "todo" es Dios!.
Cristo, te pido que me perdones por todas las veces que te agredí. Hoy quiero poner mi corazón en tu corazón; vuelvo de nuevo desués de caminar por fosas oscuras. Ahora quiero abrazarte y puedo sentir tu abrazo y calidez..., sí, Señor, estás ahora conmigo, lo sé. Gracias por aceptarme de nuevo a tu lado, gracias por tu voz, que jamás dejó de iluminarme. Quiero levantarme, volvé a ser mi fuerza, devolveme el coraje que el mal me arrebató. Veo a los santos, veo a los mártires y me veo yo, que fui un traidor. Dame las armas, que hoy vuelvo a la guerra, hoy me levanto y soy para vos. No me vencieron esas cadenas, porque mi fuerza es el Amor.
Yo se que me estás guiando,
escucho tu voz en todas partes,
yo se que voy de tu mano
cuando se enciende ese sol.
Mi espíritu llueve en penas
pero tu amor me consuela:
yo sé que me estás rodeando;
sostenés mi corazón.
La tristeza se disipa,
la paz y calma me encuentran;
tengo hambre de tu Cena,
mi alimento: sólo Vos.
Y mi alma se agudiza,
necesito ser Iglesia,
mis hermanos son presencia
de tu amor y tu perdón.
Cristo, no me dejes perderme otra vez.
ICIOS