+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
Mt. 5, 1-12
Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a Él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron".
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El Evangelio de hoy nos presenta las bienaventuranzas que Cristo enseñó en el umbral del sermón de la montaña. Nos recuerda que en los sufrimientos cotidianos, y hasta en los momentos más arduos de la vida de fe, Jesús está con nosotros y su Reino es nuestro hogar. el ejemplo de vida cristiana se profesa desde la sencillez de vivir acorde a las enseñanzas de Jesús, y nunca preferir las cosas del mundo por encima de la Vida que Cristo nos da.
Las bienaventuranzas resumen la felicidad de los cristianos de todos los tiempos: es el servicio desinteresado a Dios y a la humanidad que Dios ama. el ejemplo de los mártires de Uganda es la expresión de vida de todo católico que debe luchar contra el pecado en la vida cotidiana, y es, por excelencia, la expresión del santo que da su vida por Cristo sabiendo que no es un sinsentido, sino que antes de negar la Verdad y renegar de Dios, prefiere dar testimonio de lo que el Señor enseñó a los Apóstoles: la fe verdadera y la venida del Reino de los Cielos. Creen los tiranos sanguinarios y los que rechazan a Dios, tener poder si pueden disponer de la vida de un humano. Pero no entienden que la vida no es sólo el cuerpo, sino también el espíritu; aunque el cuerpo mude su forma, el espíritu permanece. Es decir, los mártires enseñan la catequesis de la eternidad en Cristo: la vida es de Dios, y él nos la da en la Persona de Jesús cada vez que comulgamos, es por eso que muchos mártires no temen dar la vida, pero jamás darían en manos de simples hombres, por más "reyes" que sean, la Vida que nos dona Cristo desde el bautismo.
En la actual África se viven persecuciones a los cristianos, especialmente en Egipto y zonas cercanas a este país. Pero debemos decir que también florecen casi en silencio, como un susurro de ángeles, nuevos cristianos fruto de las misiones llevadas a cabo por cristianos de diferentes regiones del mundo. El compromiso de todo fiel de hoy es la oración por esos mártires nuevos que surgen en la Iglesia por la maldad de algunos hombres. Rogamos a San Carlos Lwanga y a todos los compañeros santos mártires que intercedan por nosotros y especialmente por aquellos que sufren las persecuciones actuales contra los cristianos. Pido especialmente a San Carlos y sus compañeros santos mártires por las sociedades del mundo donde el ateísmo y las ideologías anticatólicas enseñan la intolerancia en contra de la paz, para que nos ayuden estos santos a permanecer siempre fieles a Dios y a conservar valientemente la verdadera vida que nos da Cristo.
Foto en la que aparecen algunos de los mártires (año 1885) |