sábado, 3 de junio de 2017

San Carlos Lwanga y compañeros mártitres

+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
                                                                           Mt. 5, 1-12

Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a Él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron".

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Hoy la Iglesia recuerda a veintidós jóvenes mártires cristianos de la actual Uganda que fueron asesinados por ser cristianos y defender las santas costumbres por mandato de Mwanga II, un rey absoluto de la región de Buganda (en Uganda), África que practicaba la pederastía con los niños servidores del palacio. Carlos fue bautizado por otro mártir coetáneo que fue martirizado por el mismo rey en la persecución que llevó a cabo durante todo su gobierno. Fue condenado a muerte con 22 compañeros que eran todos jóvenes de entre 14 y 30 años de edad; uno de ellos era hijo de uno de los verdugos. El martirio de los jóvenes tuvo lugar en Namugongo (a 60 km de Kampala) donde actualmente se erige una basílica menor y cada 3 de junio se celebra la Misa de la memoria de estos mártires. Fueron incinerados en vida; algunos de ellos, aún los más niños, fueron bautizados por San Carlos el mismo día del martirio. Los beatificó el Papa Benedicto XV el 6 de junio del año 1920 y fueron canonizados por el Beato Pablo VI el 18 de octubre de 1964.
El Evangelio de hoy nos presenta las bienaventuranzas que Cristo enseñó en el umbral del sermón de la montaña. Nos recuerda que en los sufrimientos cotidianos, y hasta en los momentos más arduos de la vida de fe, Jesús está con nosotros y su Reino es nuestro hogar. el ejemplo de vida cristiana se profesa desde la sencillez de vivir acorde a las enseñanzas de Jesús, y nunca preferir las cosas del mundo por encima de la Vida que Cristo nos da.
 Las bienaventuranzas resumen la felicidad de los cristianos de todos los tiempos: es el servicio desinteresado a Dios y a la humanidad que Dios ama. el ejemplo de los mártires de Uganda es la expresión de vida de todo católico que debe luchar contra el pecado en la vida cotidiana, y es, por excelencia, la expresión del santo que da su vida por Cristo sabiendo que no es un sinsentido, sino que antes de negar la Verdad y renegar de Dios, prefiere dar testimonio de lo que el Señor enseñó a los Apóstoles: la fe verdadera y la venida del Reino de los Cielos. Creen los tiranos sanguinarios y los que rechazan a Dios, tener poder si pueden disponer de la vida de un humano. Pero no entienden que la vida no es sólo el cuerpo, sino también el espíritu; aunque el cuerpo mude su forma, el espíritu permanece. Es decir, los mártires enseñan la catequesis de la eternidad en Cristo: la vida es de Dios, y él nos la da en la Persona de Jesús cada vez que comulgamos, es por eso que muchos mártires no temen dar la vida, pero jamás darían en manos de simples hombres, por más "reyes" que sean, la Vida que nos dona Cristo desde el bautismo.
En la actual África se viven persecuciones a los cristianos, especialmente en Egipto y zonas cercanas a este país. Pero debemos decir que también florecen casi en silencio, como un susurro de ángeles, nuevos cristianos fruto de las misiones llevadas a cabo por cristianos de diferentes regiones del mundo. El compromiso de todo fiel de hoy es la oración por esos mártires nuevos que surgen en la Iglesia por la maldad de algunos hombres. Rogamos a San Carlos Lwanga y a todos los compañeros santos mártires que intercedan por nosotros y especialmente por aquellos que sufren las persecuciones actuales contra los cristianos. Pido especialmente a San Carlos y sus compañeros santos mártires por las sociedades del mundo donde el ateísmo y las ideologías anticatólicas enseñan la intolerancia en contra de la paz, para que nos ayuden estos santos a permanecer siempre fieles a Dios y a conservar valientemente la verdadera vida que nos da Cristo.

Foto en la que aparecen algunos de los mártires (año 1885)