martes, 21 de agosto de 2012

San Pío X, Sumo Pontífice

+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo

Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos". Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible". Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?". Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.

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Hoy celebramos la Memoria de San Pío X, un santo Papa del siglo XIX y un humilde servidor del Señor. en el Evangelio vemos cómo Cristo señala la dificultad de los hombres del mundo para alcanzar el Reino de los Cielos, y esto por el afan de ganar riquezas que de nada sirven al hombre. Las verdaderas riquezas que el prudente hijo debe acumular son las virtudes, tales como las que vivió este santo, que un día lloró en ámbito privado por tener que vestir como un rey mientras él era todo humildad. Sí, San Pío X, fue uno de esos hombres de Dios que vivió la pobreza a tal punto que ni si quiera cuando fue electo Vicario de Cristo sintió el orgullo insano de la vanagloria. Para Dios todo es posible, nos dice el Evangelio, y qué alegría compartir con ustedes la manifestación de santidad en la vida de un pobre que acumuló siempre sus riquezas en el Cielo!. Fue hijo de una familia humilde pero muy piadosa, su ordenación sacerdotal fue cuando tenía 23 años de edad. Cuando niño deseaba ser sacerdote y cuando creció su párroco ayudó para que pudiera ir a Castelfranco Véneto a terminar sus estudios y a ingresar al seminario, recorría 7 km de ida y otros 7 de vuelta a pie desde su casa hasta el liceo. Y un día será nombrado obispo, más tarde cardenal y Patriarca de Venecia y llegará a ser electo Papa en el cónclave posterior al pontificado de León XIII, a pesar de que hubiera preferido que pase de él ese cáliz. entre muchas obras santas y milagros que obró en vida se le conoce su interés por la Comunión de los niños, determinó que la primera comunión se diera a los 7 años de edad. También combatió las herejías de su época que tanto mal y tanta soberbia despertaban por doquier ya sea influenciando a los clérigos u hostigando al siglo. defendió la causa de los pobres en muchas regiones del mundo e incluso escribió una Encíclica por los indígenas latinoamericanos (Lacrimabili statu). Él fue de los últimos, un pobre niño nacido en familia humilde..., pero su espíritu gravó en el cielo una alabanza a la Santidad, al tres veces Santo, y viviendo en el mundo procuró para la Iglesia y los hombres de buena voluntad toda su obra que es testimonio puro del Evangelio y que bien expresaba su lema papal "Instaurare omnia in Christo". Y..., ¿no nació Cristo en un pesebre, Él que es el Hijo de Dios Vivo?. Ahora entiendo Señor, en la enseñanza vivida de tus santos, que "muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros".

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San Pío X nació en Riese de Véneta el día 2 de junio de 1835. fue el segundo hijo de un total de diez del matrimonio de Giovanni Battista Sarto (de profesión cartero) y Margarita Sanson (costurera) de humilde condición.
Bautizado el 3 de junio de 1835, con el nombre Giuseppe Melchiorre (José Melchor), tuvo de sus padres una formación cristiana y piadosa, sobre todo por parte de su madre. Asistió a la escuela de su ciudad natal cuando niño y fue acólito en su parroquia; por entonces expresaba su deseo de ser sacerdote. Tito Fusarini, párroco de Riese le enseñó al entonces jóven santo el latín, lengua que debían conocer todos los sacerdotes en tiempos de Misa Tridentina. Más tarde fue el mismo cura quien consiguió que José pudiera estudiar en el Liceo Classico de Castelfranco Véneto. Allí asistía el santo, recorriendo siete kilómetros a pie dos veces al día hasta el día 20 de septiembre de 1850, cuando fue tonsurado por el Obispo de Treviso, quien le consiguió una beca para ingresar al seminario de Padua el mismo año. Junto a los archivos del seminario de Padua se conserva una nota que dice "Discípulo irreprochable; inteligencia superior; memoria excelente; ofrece toda esperanza". Ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1858 con 23 años de edad, en la catedral de Caltelfranco por el entonces Obispo de Treviso Giovanni Antonio Farina, se dedicó completamente al ministerio pastoral. Fue párroco de Tómbolo (Treviso) hasta 1867 cuando asume el arciprestazgo de Salzano y se lo nombra canónigo de la catedral diocesana. En 1875 fue rector del seminario conciliar y en 1879 lo nombraron director espiritual del mismo y también canciller de la curia episcopal trevisana, examinador prosinodal y vicario capitular. El 10 de noviembre de 1884 el Papa León XIII lo nombra Obispo de Mantua, diócesis que había caído en negligencia por parte de la curia provocando un cisma en dos poblaciones. Pero el ahora Obispo José Sarto llevó adelante a la grey que le había sido dada, y con éxito tal que Siete años más tarde ya será asistente al trono pontificio y el 12 de junio de 1893 León XIII lo crea Cardenal Presbítero del título San Bernardo alle Terme y tres días después es promovido como Patriarca de Venecia.
Tras la muerte de León XIII, el 20 de julio de 1903, y después de una intromisión legítima que vetó la elección de Mariano Rampolla del Tíndaro como Papa en el cónclave, José Melchor Sarto fue electo Sumo Pontífice el 4 de agosto del mismo año. Algunas de sus obras como Sumo Pontífice fueron, en primer lugar abolir el derecho a veto en la elección papal por parte de las autoridades seculares de estado, esto sucedió el 20 de enero de 1904 (nótese que habían transcurrido sólo algunos meses desde su elección por el colegio cardenalicio) con la Constitución Apostólica Commissum Nobis. También luchó contra el laicismo, modernismo y jansenismo. Sobre el modernismo bien dijo cuando afirmó que era el "resumen de todas las herejías". Condenó a algunos escritores y sus ideas por un decreto del Santo Oficio que data de 1907; más tarde redactó la Encíclica "Pascendi Dominici gregis", donde se indican las peligrosas tendencias modernistas con sus ideas y manifestaciones en todos los campos. En Francia denunció, en 1905, el concordato que la Santa Sede había firmado bajo la presión de Napoleón Bonaparte, que no permitía la libertad de nombramiento de Obispos desde 1801. Esto se consiguió con el costo de perder poseciones eclesiásticas en dicha nación pero con la victoria más querida que es la justa libertad. Recomendó la lectura diaria de la Biblia, la lectura del catecismo, comisionó prelados benedictinos para la revisión y corrección de la Vulgata, fundó el Instituto Bíblico para el estudio de las escrituras en 1909 y lo dejó en manos de los jesuitas, redactó el motu proprio sobre la música sacra que exhortaba a retornar al canto llano en la Iglesia, ordenó la confección del Código de Derecho Canónico para unir y unificar la legislación eclesiástica hasta entonces dispersa, ayudó y defendió incansablemente a los pobres en distintas partes del mundo y redactó y aprobó decretos sobre el Sacramento de la Eucaristía, permitiendo la Comunión diaria y la primera Comunión para los niños que tengan pleno uso de razón, también defendió la Comunión para los enfermos (esto en contra del jansenismo, que consideraba la Comunión diaria o muy frecuente como algo extraordinario y hasta indebido). Su lema era "Instaurare omnia in Christo", instaurar todo en Cristo, lo cual me trae, personalmente el recuerdo del actual arzobispo de Paraná, que fuera Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan alberto Puiggari, sobrino del Siervo de Dios Luis María Etcheverry Boneo, quien me bautizó, me dio la primera Comunión y me confirmó y a quien tengo un gran cariño.
San Pío X sufrió el comienzo de la primera guerra mundial con dolor en el alma y gran preocupación. Falleció en Roma el 20 de agosto de 1914, fue enterrado en las grutas vaticanas y tras su exhumación se constató la incorruptibilidad de su cuerpo; fue trasladado a la Basílica de San Pedro bajo la capilla de la Presentación. En su epitafio se lee "su tiara estaba formada por tres coronas: pobreza, humildad y bondad", tres conceptos cristianos que, valga la acotación, bien aconsejó en sus últimos minutos de vida Santo Domingo de Guzmán a los frailes de la Orden de Predicadores.



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