+Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
Mt. 13, 44-46
Jesús dijo a la multitud: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor; fue a vender todo lo que tenía y la compró.
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mosaico de la basílica Santa Inés extramuros |
Esta memoria también nos sirve para reflexionar en nuestro tiempo la responsabilidad que como sociedad tenemos con los niños: hay muchos niños que son martirizados de diversas formas, aún sin que este martirio nuevo signifique muerte física. Muchos adultos martirizan la infancia con las más variadas atrocidades, desde la imposición del trabajo infantil, pasando por el horror de inculcar la guerra y el odio hasta las aberraciones sexuales que incluso existen dentro de la Iglesia Santa. Recemos por que el humano comprenda la necesidad de cuidar, preservar y salvar la infancia para construir un mundo más digno y más cristiano, más humano para el bien de la sociedad toda. Hoy pedimos especialmente a esta santa mártir por los niños que son torturados en el mundo, por los que ha muerto por diversos motivos y por aquellos niños que estando vivos sufren las tristezas que conocemos y aquellas que no conocemos también. Si tanto amamos nuestra propia vida no seamos necios y volvamos el rostro al Señor, Él es el autor de la vida que llevamos en nuestro espíritu y cuerpo. Si amamos un campo sin haber hallado el tesoro hoy detengámonos en el campo santo de esta joven virgen mártir para considerar encontrar en lo profundo del corazón el tesoro de la gracia, de la fe, del perdón y después de contemplar a Dios en sus santos guardemos estas cosas para retenerlas, no para soltarlas: para retenerlas y adquirir el campo que es la vida de conversión al Evangelio. Santa Inés, rogá por nosotros.